ÓYEME

ÓYEME

Óyeme ahora que me he marchado…

Óyeme lejos de mis lamentos porque ya no lloro, nadie me agrede, nadie me quiere tan mal como tú.

Óyeme desde tus sentimientos más negros, ya no puedes hacerme daño, ni de palabra ni de obra, ni si quiera de omisión, y piensa si tu mente aun puede pensar, y la ira no ha borrado todo lo que te quise.

Óyeme, me siento a salvo, nadie fue más importante que tú en otro tiempo, ahora me pregunto qué meritos hiciste para eso, y como fui tan loca de quererte y perderme en tus palizas.

Óyeme, salí de tus golpes, de tus gritos que causaron mi sordera, de mi sentir herido, y de heridas que jamás pensé que sanarían, pero como muchas cosas más… me confundí.

Ya no formas parte de nada, ni si quiera de mi ayer, ya renací hace días, y no conozco más que mi libertad, y mi empezar de nuevo, mis noches siempre cansada, y ya sé que solo fuiste una pesadilla que jamás vendrá a mis sueños de hoy.