Recuerdo que más de una vez tuve miedo…
Que mi ser temblaba pensando en su llegada, en sus voces, en su cansancio, en el mío.
Alguna vez llegaba amenazante, un mal día para él, se convertía en una mala noche para mi, y yo jamás sabia que hacer, y callaba esperando el golpe… y el miedo me paralizaba.
Después se calmaba, me decía que no podía evitarlo, que le perdonase, y nuestra vida se volvía “normal” y yo deseaba volverme invisible a su ira.
Yo recordaba a su madre diciéndome… cuando se ponga así no le contradigas, deja que chille, después se le pasa, el es muy bueno, y yo le hacía caso, el me insultaba, después se le saltaban las lagrimas y me besaba pidiendo perdón… como siempre.
Un día deje de callar, y chille a la vez que el, eso a él no le gusto, me dijo ¡¡¡ a mí no me chilles!!! Y yo le conteste, esto lo haces tú cada día ¿sabes cómo me siento?
Eso es lo que hay que hacer: Plantarles cara.
ResponderEliminarBesos. Lola.
Un abrazo fuerte Rafa, gracias siempre por tus visitas y comentarios.
EliminarTuvo suerte, otros reaccionan peor. Nunca callar, pero con cuidado
ResponderEliminarAbrazos
Si amiga tuvo suerte, aun así sigue teniendo miedo, las cosas cambian a diario. Gracias por tu visita. Un beso.
EliminarSer valiente no debe ser fácil en estas circunstancias.
ResponderEliminarMejor aprovechar la valentía para irse de su lado y no volver a verle.
Feliz fin de semana.
Besos.
Hola Belén, es muy difícil ser persona al lado de las bestias, pero a veces el instinto te lleva hacer cosas inesperadas. Gracias por tu visita. Un abrazo.
Eliminarbuenos dias amiga espero y deseo que tanto horror no seas tu quien lo ha pasao hay que enfrentarse al maltratador, como la mujer se acobarde el se envalentona y aunque se hace una vil persona el ya ves con una mujer claro está que tiene menos fuerza besitosssssssssssssssssssssssssssssssssss
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