jueves, 21 de febrero de 2013

HAY QUE SER...


 
HAY QUE SER...
 
Hay que ser generosos y no odiar pero a veces es tan difícil…
 
No odio más que aquel que se siente superior, y por eso va apabullando y menospreciando a una mujer, quien  da la  vida, a quien cuida con el corazón a un ser que nació de ella, muchas veces sin desearlo.
 
Al maltratador, que olvido que nació de mujer, y que fue protegido, alimentado y cuidado, atendido en lo más mínimo, sin pensar en las noches sin sueño de su madre.
 
Mi odio se extiende a los que se creen más importantes, que van dejando la huella de su zapato en mi pecho sin dejarme respirar, sin poder levantar la mirada, sin poder decir “me haces daño”
 
Jamás pensé que odiaría a nadie y mas sin conocerles, solo la tristeza de lo que hacen ahora con las mujeres alimenta ese odio, que mas de una vez me dice al oído… OLVIDA.
 
 

10 comentarios:

  1. No hay que olvidar al maltratador
    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro amiga, jamás el olvido para los que tanto daño hacen. Gracias por contestar. Un beso.

      Eliminar
  2. Que fuerza le has dado a tu composición,
    que el tema sea tan candente le da una
    importancia capital.
    Un abrazo y que bien lo dices y que alto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Paco, la fuerza la da ver que siguen pasando cosas como esta sin que nadie ponga remedio. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Quien maltrata una vez, maltrata cien.
    Ayer otra víctima más en España.
    Es que no vamos a poder terminar con esta lacra?.
    Entre todos seguro que podemos.
    Un beso.

    PD: tienes un regalo en Pueblo poeta. Si te apetece pasa a recogerle.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Belén, tienes razón, algunos se acostumbran a pasar por encima de la mujer como por un campo de rastrojos ¡¡¡ ya está bien!!! algún día lograremos que desaparezca todo este mal. Gracias amiga. Un beso.

      Eliminar
  4. Hay que ser uno mismo, para poder salvar o correr en posición de nuevos senderos. La sumisión es el decrecer en un espacio de lodos, donde cada instante entierra alegrías.
    No al decrecer al lado de nadie, eso NUNCA.
    Un abraciño,
    Rosa María Milleiro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Rosa María, así debería ser, que nadie nos ponga el pie en el cuello, que nadie pueda hacernos daño, solamente porque si. Un abrazo amiga.

      Eliminar
  5. Y si pudieramos algún dia decir que se termino el maltrato, no pierdo la esperanza, Lola que tengas felices dias, un abrazo.J.R.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojala y algún día podamos dejar de hablar de maltrato, de momento, no parece que llegue ese día ni de lejos. Gracias por tu comentario. Un abrazo.
      Paso a verte y no tengo donde dejar mi comentario, será que ¿no miro bien…?

      Eliminar